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Evita, una mujer, todas las pasiones

“…Cada uno debe empezar a dar de sí todo lo que pueda dar, y aún más. Solo así construiremos la Argentina que deseamos, no para nosotros, sino para los que vendrán después, para nuestros hijos, para los argentinos de mañana…”

Eva Perón

Eva Duarte de Perón cumpliría hoy 90 años, su figura atraviesa la historia de nuestro país con la misma intensidad como ella vivió sus 33 años.  Genera, aún hoy, amores incondicionales y odios furibundos, para los primeros es simplemente “Evita, la abanderada de los humildes”, para los otros es “Esa mujer”.  En cada forma de nombrarla confronta lo sublime y lo promiscuo, será por eso que nadie puede ignorarla y mucho menos olvidarla.



Eva nació el 7 de mayo de 1919 en Los Toldos ,provincia de Buenos Aires, tenía un carácter de hierro envuelto en un cuerpo frágil: a los 15 años partió para la Capital buscando un sueño que la sacara de la pobreza, a los 24 conoció al General Perón, a los 26 apareció públicamente haciendo suyo el reclamo del pueblo. En un breve lapso de tiempo pasó de la oscuridad a la gloria sin medias tintas.  Fue discriminada por su condición de mujer, por su origen ilegítimo, por su vida artística, por su militancia política. No le perdonaron nunca que respondiera con la misma dureza que era juzgada, tampoco que no olvidara su procedencia y que, con ese objetivo, disputara poder para quienes consideraba sus iguales. Fue voz, brazo,  fuerza arrolladora que impulsó a su gente a las calles convencidos que donde había una necesidad había un derecho.       

A pesar de que nunca tuvo un puesto oficial en el gobierno, Evita lideró la política social, luego de eliminar los subsidios a la tradicional Sociedad de Beneficencia, lo que le valió una  gran cantidad de enemigos en la elite tradicional, la reemplazó con la Fundación Eva Perón, la cual fue sostenida por contribuciones voluntarias,  más aportes de la lotería nacional y otros fondos. Con estos recursos se construyeron cientos de hospitales, escuelas, orfanatos, casas para personas de edad y otras instituciones de caridad.  En 1951, a pesar de padecer de cáncer, fue nominada para la vicepresidencia, cargo al que renunció en un acto que no tuvo igual en toda la historia, tanto por su emotividad como por el vínculo establecido con el pueblo que la escuchaba y le reclama la aceptación

Evita fue además,  gran responsable del voto femenino, formó el Partido Feminista Peronista en 1949 y trabajó en la formación política de las mujeres bajo estos preceptos:

?…Ha llegado la hora de la mujer que comparte una causa pública y ha muerto la hora de la mujer como valor inerte y numérico dentro de la sociedad. Ha llegado la hora de la mujer que piensa, juzga, rechaza o acepta, y ha muerto la hora de la mujer que asiste, atada e impotente, a la caprichosa elaboración política de los destinos de su país, que es, en definitiva, el destino de su hogar. Ha llegado la hora de la mujer argentina, íntegramente mujer en el goce paralelo de deberes y derechos comunes a todo ser humano que trabaja, y ha muerto la hora de la mujer compañera ocasional y colaboradora ínfima. Ha llegado, en síntesis, la hora de la mujer argentina redimida del tutelaje social, y ha muerto la hora de la mujer relegada a la más precaria tangencia con el verdadero mundo dinámico de la vida moderna.” (12 de marzo de 1947).

Su enfermedad y su muerte provocaron las mismas reacciones que su vida, hubo quienes la lloraron sin consuelo y hubo quienes vivaron al cáncer. Sin embargo, a través de la historia Evita volvió en cada acto de rebeldía: ?Si Evita viviera, sería montonera?, Si Evita viviera sería piquetera?, ?Si Evita vivera???.?. Sin lugar a dudas, fue un mujer que eligió claramente donde estaba su lugar de lucha, más allá de los posicionamientos, no se puede negar que si no lo hubiese hecho, tal vez su vida hubiese sido más fácil, pero la historia del país hubiese sido otra y nadie puede garantizar que hubiese sido mejor. Mucho menos cuando se tiene en cuenta que fue ella la que señaló a la mayoría de un pueblo, el camino de la no resignación, la toma de conciencia de sus derechos y la absoluta convicción que nada es más importante que la propia voz para la defensa de la dignidad.

 Roca, 7 de mayo de 2009.




Consejo Directivo Central
Pedro Bichara, Secretario de Prensa