En este momento estás viendo Jorge Del Carmen Fonseca Fermandoy

Jorge Del Carmen Fonseca Fermandoy

10/12/77 Jorge del Carmen Fonseca Fermandoy. Nació en Centenario el 3 de octubre 1953. Vivió allí hasta que se fue a estudiar Derecho a la Universidad de La Plata. Militante de la Juventud Peronista, estaba en cuarto año de la carrera, pero tuvo que abandonar su futuro debido al alto grado de persecución que sufrían algunos estudiantes, él entre ellos. Viajó a Mendoza donde trabajaba como corredor de vinos, donde fue secuestrado a los 24 años junto con su pareja y los hijos de ella.

El secuestro de Jorge Fonseca formó parte del Juicio Mega causa de Mendoza. En su testimonio, su hermano Luis señaló: “En La Plata militaba en forma inorgánica, no había un grupo, me parece que él amparó a gente que estaba más comprometida”. Poco después, la vivienda fue allanada y el amigo de Fonseca secuestrado.

Esto obligó a Fonseca a replantearse varias cosas y la decisión fue dejar la facultad e irse de La Plata; ya no se sentía seguro –si es que alguna vez lo estuvo– y optó por viajar a Mendoza junto con una compañera. También tomó otras precauciones, ya que esa vez no sería la última en la que se encargaría de alojar a alguien que estaba siendo perseguido, entonces cada vez que volvía a La Plata, lo hacía bajo un seudónimo; había pasado a la clandestinidad, les explicaron a sus padres.

Mientras Jorge Fonseca intentaba mantenerse oculto de las autoridades militares, trabajando como corredor de vino durante un tiempo en la bodega El Globo, su hermano Luis se iba a México. “El clima era de gran inseguridad”, les dijo a los magistrados y agregó: “Yo le decía a Jorge que se fuera, yo sospechaba que podía estar en peligro su vida”. Estando en México, Luis se enteró de que su hermano había desaparecido.

“Me manda una carta mi familia diciendo que Jorge había desaparecido en Mendoza, que había llegado un anónimo a la casa de unos vecinos, yo creo que lo detuvieron junto con otras personas”, explicó. Después de la desaparición, igual que para gran parte de los familiares de las víctimas de la dictadura, comenzó el peregrinar por varios lugares y la presentación de hábeas corpus.

El anónimo había sido claro: “Ustedes, la familia, hagan algo por él”, y los familiares de Fonseca cumplieron al pie de la letra ese pedido. “Hubo gente que nos metía miedo y que nos decía que quemáramos los libros de Perón o cosas que hablaran de Jorge, y mi mamá quemó todo”, repitió Juana Fonseca ante los jueces del Tribunal 1 cuando fue su turno de declarar.

La mujer señaló también que aquel anónimo quedó en el Arzobispado de Neuquén y que días antes de prestar su testimonio se enteró de que Jorge “había sido chupado en Mendoza junto con su pareja y los hijos de su pareja”.

En ocasión del segundo juicio, en busca de respuestas sobre el destino del militante desaparecido Jorge del Carmen Fonseca, el fiscal Dante Vega y la doctora Romina Ronda, establecieron que las garras de la violencia estatal fueron dirigidas, entonces, específicamente a las y los militantes del Partido Comunista Marxista Leninista (PCML). La persecución, ahora conocida como “Operativo Escoba”, fue hasta el aniquilamiento masivo.

El PCML surgió como desprendimiento del Partido Comunista y desarrolló actividad política antes que armada, a través de frentes fabriles y estudiantiles con poca masividad. La profundización de la investigación en el último juicio generó sus frutos: permitió reconstruir la historia de quienes fueron militantes del PCML en la provincia, provocó el castigo de algunos responsables, con seis cadenas perpetuas, y dimensionó el rol de la Inteligencia de la Marina en la organización del plan de eliminación.

El “Informe estrictamente secreto y confidencial del Partido Comunista Marxista Leninista Argentino”, documento del Grupo de Tareas 3 de Inteligencia del Ejército, elaborado en 1978, fue prueba fundamental del proceso. Allí dice: “Debido a los distintos operativos realizados en todo el país, en especial el Operativo Escoba, han quedado completamente desarticuladas las regionales Mendoza, Córdoba, Santa Fe, Misiones y Mar del Plata”. El foco puesto sobre la militancia a nivel nacional es ostensible: diciembre de 1977 fue un mes en el que recrudeció particularmente la represión, con 191 desapariciones forzadas, 89 en la semana que tuvo al PCML como objetivo.

El origen principal de esa militancia, desperdigada desde el golpe de Estado, eran las chicas y chicos estudiantes de La Plata. Desatada la persecución, se refugiaron en la solidaridad de sus compañeros. En Mendoza fueron cobijados pero la represión acució. Parejas muy jóvenes, embarazadas, con hijas e hijos, deambularon de casa en casa, de trabajo en trabajo, de ausencia en ausencia. Muy pocas personas sobrevivieron, son en total doce las desaparecidas del PCML, tres de ellas fuera de la provincia.

En noviembre de 2012, los camaristas Mariano Borinsky, Juan Carlos Gemignani y Gustavo Hornos condenaron a Furio Etcheverry a prisión perpetua por la “privación ilegal de la libertad agravada y el homicidio doblemente calificado” de Jorge del Carmen Fonseca.

La condena quedó confirmada para Juan Oyarzabal Navarro, Eduardo Smaha Borzuk, Celustiano Lorca, Luis Rodríguez Vázquez y Furio Etcheverry, en tanto que Dardo Migno Pipaon quedó con 12 años de prisión.

El Tribunal Oral Federal 1 dictó las condenas el 7 de octubre de 2011 tras un juicio por 24 casos de violaciones a los derechos humanos en la última dictadura cívico militar, entre ellos el de Paco Urondo, quien era militante montonero y fue asesinado el 17 de junio de 1976, al acudir a una cita donde también fue secuestrada su esposa, Alicia Raboy, quien sigue desaparecida.

Además de Jorge del Carmen Fonseca, Paco Urondo y su esposa, se juzgaron las desapariciones de Salvador MoyanoRicardo SánchezNora Jurado, Rafael Olivera y Aníbal Torres además del secuestro del escritor Ángel Bustelo.



Fuentes y Notas relacionadas