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Trelew: La patria fusilada. A 40 años

Eran presos políticos trasladados desde distintos lugares del país y concentrados en el penal de Rawson, para aislarlos en el frío, el viento y la enorme distancia de nuestra meseta patagónica. Durante largo tiempo planificaron cuidadosamente la forma de llevar a cabo un importante acto de resistencia a la dictadura de Lanusse, iniciada por Onganía en 1966 a demanda de la oligarquía, de las fuerzas económicas y diplomáticas del Imperio yanqui y de sectores de la Iglesia para garantizar la continuidad de la proscripción de enormes sectores argentinos que adherían al peronismo.

La famosa fuga, planificada en base a la unidad y la organización. que permitió que el primer grupo pudiera concretarla saliendo del país, no llegó a ser posible para el segundo grupo de 19 y decidieron entregarse en el viejo y pequeño aeropuerto de Trelew, con presencia de la justicia, los medios de prensa y un médico forense. Una semana después de estos hechos, fueron los fusilamientos en la base Almirante Zar de Trelew, con la excusa de un nuevo intento de fuga, verdadero simulacro para asesinarlos.

Hoy y desde hace poco se está realizando por fin el juicio que puso en el banquillo a algunos de los responbles materiales de estos fusilamientos. 40 años de impunidad no fueron suficientes para acallar el reclamo de los familiares que quedaron, porque algunas familias enteras fueron diezmadas, de los abogados que los defendieron desde aquél momento y muchos grupos políticos y sociales que jamás abandonaron esta causa, a pesar de que hubo momentos en que era difícil recordar la masacre de Trelew, preludio claro de la dictadura terrorista iniciada en 1976 y continuidad también clara de las matanzas de nuestra Patagonia, de la Semana Trágica, del bombardeo al pueblo peronista de junio del 55, de los fusilamientos de José León Suárez y otras masacres terribles que hemos vivido en la Argentina.

En este acto se pudo verificar la voluntad unitaria de muchos sectores políticos, sociales y aún de los gobiernos provinciales y nacional, de expresarse en conjunto, concentrando la fuerza en la necesidad de unir la Memoria con la necesidad de Justicia, reivindicando y proyectando con fuerza los ideales de los masacrados en Trelew, que muchos perciben como realidades que empiezan a concretarse en el presente y también con necesidades y reivindicaciones que todavía faltan convertirse en realidad y derechos consolidados para nuestro pueblo. Asi se pudo visualizar en los discursos y las actitudes de los participantes.

Quizá un claro símbolo de ello fue la imagen de varios jóvenes trepados a la torre del viejo aeropuerto colgando sus banderas de militancia, o el encuentro de generaciones de sobrevivientes y familiares de Trelew con jóvenes que hoy militan y reivindican sus ideales de justicia y libertad para nuestro pueblo. Los emocionados abrazos entre Fernando Vaca Narvaja (sobreviviente de la fuga) y Marcelo Duhalde (hermano de Eduardo Luis Duhalde), o de Julio Ulla (hermando de Jorge Ulla, masacrado en Trelew) con Tati Almeida (Madre de la Plaza), luego que leyera el poema de su propio hijo Alejandro sobre Trelew, son testimonios fuertes y peremnes de lo vivido.

Trelew, la fuga que fue masacre, donde la patria y su parte más jóven y luchadora fue fusilada, sigue viva en la memoria y en la lucha por la justicia, contra la impunidad de sus asesinos, algunos de ellos ya partícipes en el bombardeo a la Plaza de Mayo en el 55.

Sigue presente y patente en el Centro Cultural por la Memoria, ubicado en el Acceso Eduardo Luis Duhalde, en lo que era el local del viejo aeropuerto, donde están los testimonios, las imágenes, los recuerdos de Trelew y desde ayer un nuevo mural colectivo de la Memoria y un busto de Mariano Pujadas, iniciado hace 40 años por un escultor amigo de su familia que no pudo terminarlo y ahora fue culminada por artistas de Trelew.

Trelew, el pueblo que fue solidario con estos jóvenes, acompañando a sus familiares, ayudándolos a sostenerse, haciendo el “Trelewaso” de octubre de 1972, cuando se moviizaron 12000 de 34000 habitantes, para reclamar la libertad de todos los detenidos en esos días que los milicos consideraban “implicados” en la fuga y como una forma de acallar la movilización por la masacre.

Trelew fue y será cada vez más la capital de la Memoria, recuperando su historia heroica, en el camino de conseguir la Justicia para los fusilados el 22 de agosto de 1972.

22 de agosto de 2012

Héctor Luis Giannini, Secretario General, CTA Río Negro