Juicio y Castigo a los represores de Río Negro y Neuquén

Para los que de sangre salpicaron la patria,/Pido castigo.
Para el verdugo que mandó esta muerte,/Pido castigo,
Para el traidor que ascendió sobre el crimen/Pido castigo.
Para el que dio la orden de agonía,/Pido castigo.
Para los que defendieron este crimen,/Pido castigo.

Pablo Neruda. “Pido Castigo”


En el marco del Juicio a los militares del Departamento de Inteligencia del Comando en Jefe del Ejército de Neuquén, que se inicia en esta ciudad el miércoles 20 de agosto, la UnTER, expresa su compromiso en la búsqueda de la verdad, exige castigo por genocidio, cárcel perpetua y común para todos los responsables de delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura que sumió a nuestro país en la larga noche de horror entre 1976 y 1983.

Este juicio pondrá en el banquillo a los culpables y al fin será posible ver nítidamente sus rostros, y ellos verán en nuestros ojos la mirada de quienes pretendieron eliminar y sabrán que están derrotados porque la esperanza no puede ser asesinada aún cuando se desgarraron los cuerpos de quienes se comprometieron en la lucha por un mundo distinto.

Cuando se abran las puertas del tribunal entrará como una ráfaga la memoria viva y con ella las voces de Carlos, Susana, Cecilia, Alicia, Jorge, Mirta, Arlene, Carlos, José, Celestino, Miguel, José, Javier, Orlando, Raúl, Oscar, José, Carmen, Juan, Jorge, Carlos, Horacio, Jorge, Leticia, Juan, Mónica, Enzo, Horacio, Rodolfo, Julio, Carlos, Juan, Patricio, entrarán las Madres, H.I.J.O.S, Hermanas/os, entrarán quienes los conocieron personalmente y quienes hoy levantan sus banderas porque las hicieron propias.

El viento rondará los pasillos, las calles; se paseará susurrando “no nos han vencido”, llevará aires de victoria, ya nada será igual mientras los manzanos se vayan cubriendo de flores, todo será una celebración por los años de resistencia contra tantos intentos de silenciamiento, de leyes arteras disfrazadas de obediencia debida y punto final, será fiesta de pañuelos blancos y banderas, de reencuentros en esos abrazos que esperaron tantos años y también de lágrimas que aliviarán esa opresión en el pecho y darán rienda suelta a la alegría de confirmar, que a pesar de los pesares, una vez más, con la memoria y la verdad ganó la vida.

Agosto 20 de 2008.

Consejo Directivo Central
UnTER