21 años, Marcha Blanca

23 de mayo

Día del trabajador y la trabajadora de la educación

“Ella está en el horizonte -dice Fernando Birri-. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré. ¿Para que sirve la utopía? Para eso sirve: para caminar.”

Eduardo Galeano

La Marcha Blanca representa en la historia de las y los docentes una bisagra no solo por su carácter masivo y federal, sino porque permitió romper con la idea del apostolado, de pensar a los docentes como gente cercana a la santidad sin conciencia política ni reclamos, para el conjunto significó reconocerse como trabajadores/as, sujetos de derechos y comprometidos políticamente con la transformación social.

En los días de mayo del 88, las y los trabajadores de la educación de toda la Argentina despoblaron las escuelas para convertir al país en una gran aula donde comenzaron a resonar otras lecciones, tanto o más útiles que las habituales, fundamentalmente porque en este proceso aprendieron tanto los educandos como los educadores. Se recuperó con mayor fortaleza la conciencia gremial que la dictadura militar había intentado apagar cobrándose la vida la vida de más de 600 docentes desaparecidos, entre ellos a miembros de la junta ejecutiva de CTERA como Isaura Arancibia, Eduardo Requena y Marina Vilte, además de quienes fueron perseguidos/as, que debieron partir al exilio como el compañero Luis Genga, o cesanteados de sus funciones.

Desde lo simbólico, la enseñanza más importante de la Marcha fue la unidad en la acción como perspectiva hacia las negociaciones colectivas. Este objetivo se materializó con la conquista de la Paritaria, como espacio fundamental para la disputa por los derechos laborales y  la definición de políticas públicas y pedagógicas entendiendo que la educación es un derecho social, que la escuela más democrática es la que está al  servicio del pueblo y que la tarea de enseñar implica necesariamente atreverse a soñar con una sociedad con justicia social y sin exclusión, sociedad utópica pero no imposible, porque ese sueño nos permite seguir avanzando.

Roca, Fiske Menuco, 22 de mayo de 2009.

Pedro Bichara, Secretario de Prensa