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La obstinada dignidad de lxs trabajadorxs de la educación

La Marcha Blanca de 1988 se transformó en un hito fundamental en la historia de las luchas docentes, porque permitió la unificación de CTERA, luego de años de reconstrucción de un sindicato cuyos dirigentes fundacionales forman parte de la lista de detenidxs desaparecidxs como Isauro Arancibia, asesinado el mismo 24 de marzo de 1976, Eduardo Requena y Marina Vilte, mientras que otrxs sufrieron la persecuciones, cesantías, la cárcel y el exilio como nuestros compañero Luis Genga, Marcos Garcetti y Mary Sánchez, entre otrxs.

El año 1987 había terminado con los docentes en la calle movilizados tras la consigna “Así terminamos, así no comenzamos”. El 14 de marzo, lxs docentes votaron por congreso un paro por tiempo indeterminado con los siguientes ejes:

  • Nomenclador básico común y unificación del sueldo básico del maestro de grado jornada simple en 770 australes,
  • Estatuto Federal del Trabajador de la Educación,
  • Ley Nacional de Educación.

Fueron 42 días de huelga general a la que se sumaron incluso docentes no sindicalizados y universitarios. El 16 de abril de la CGT convocó a un paro nacional. Miles de fábricas en todo el territorio nacional, bancos, hospitales, pararon en solidaridad con la docencia, un hecho histórico, pocas veces visto en nuestro país, que reflejaba el impacto de las asambleas en las escuelas junto a madres y padres, lo que permitió resignificar la tarea docente en el imaginario social y la construcción colectiva de la identificación de lxs docentes como parte de la clase trabajadora.

El 18 de mayo comenzó la Marcha Blanca en cada extremo del país. Río Negro fue parte de la columna Sur. Para financiar el viaje se realizaron actividades comunitarias, un bono contribución y aportes solidarios para las provisiones y la nafta. El recorrido hasta Buenos Aires incluyó paradas en cada pueblo con las comunidades reunidas a la vera del camino esperando con música, discursos, señales de aliento. El país se movilizó en defensa de la educación pública y la dignidad docente.

Nuestro compañero Aníbal Aman, en un reportaje recordaba con emoción la llegada a Buenos Aires, cuando confluyeron todas las columnas camino a la Plaza de Mayo, mientras desde los balcones salían las familias haciendo flamear los guardapolvos de sus hijxs.

El presidente Alfonsín ordenó cercar la Plaza, tratando de impedir el cierre multitudinario que se vislumbraba. El acto fue el 23 de mayo en el Obelisco, desbordando la 9 de julio y las calles circundante al ritmo de los redoblantes y los cantos. Ese día además de consolidarse la unidad en la organización, se confirmó la pertenecía a la clase trabajadora, con ese criterio el VII Congreso de CTERA resolvió conságralo con el “Día del Trabajador de la Educación” que hoy nominamos con perspectiva de género, porque visibilizamos al 80% de conforma las bases docentes, que son las trabajadoras de la educación.

Se logró la aprobación de un nomenclador básico común y la unificación salarial en 21 provincias. Se levantó el paro por congreso y se continuaron las negociaciones hasta conseguir que se tratara en Legislatura un paquete de medidas impositivas orientadas a un mayor financiamiento para educación y un proyecto de Ley para la Paritaria Docente. Estas últimas reivindicaciones se continuaron disputando a cada gobierno, fueron ejes de la Carpa Blanca de la Dignidad que se inició el 2 de abril de 1997 y permaneció durante 1003 días convirtiéndose en uno de los focos de resistencia a las políticas neoliberales de Menem.

Finalmente se promulgó la Ley 26075, denominada “Ley de Financiamiento Educativo”, sancionada el 21 de diciembre de 2005 y promulgada el 9 de enero de 2006 que instituyó la Paritaria Nacional Docente como un derecho de lxs trabajadxs de la Educación. Con la llegada de Macri al poder, durante los cuatro años de su gobierno la desconoció. Frente a esto se realizaron las Marchas Federales por la Educación, que igual que en 1988, lograron poner de pie a las comunidades educativas y a toda la sociedad que resistió un nuevo embate liberar. En marzo de este año se retomaron las negociaciones Paritarias.

A 32 años de la Marcha Blanca, reivindicamos la lucha sostenida por el conjunto de trabajadorxs de la educación, que ha permitido frenar los avances de cada gobierno que intentó desestabilizar la escuela pública. Con obstinada perseverancia, con las disidencias más amplias, el conjunto de la docencia argentina ha podido mantener en pie el derecho a la educación del pueblo, todo lo demás puede discutirse, pero sin dudas ese es el mayor triunfo que hemos conseguido y que seguimos defendiendo.

CDC UnTER, 23 de mayo de 2020.

El recuerdo de la Marcha Blanca de 1988, es una oportunidad para llevar a las aulas el debate sobre la importancia de las luchas por la educación pública y popular, que pueden ser parte de investigaciones para los grupos de educación secundaria, incluso superior, con el objetivo de conocer el camino trazado desde las nueve maestras que protagonizaron la primer huelga docente en el mundo en 1881, exigiendo el pago de sus salarios, hasta las Marchas Federales de años pasados exigiendo la plena vigencia de la Ley de Financiamiento Docente y la Paritaria Nacional.

Con este objetivo proponemos materiales audiovisuales elaborados por UnTER y CTERA, para conocer la historia de algunxs protagonistas de años de resistencias y luchas, que conformaron las bases sobre las que se sustentan los sindicatos docentes actuales.

Como así también traemos al presente el relato de Mary Sánchez, referente del sindicalismo docente, que fue la primer mujer que integró la conducción de la CGT.

La primer huelga docente

El 20 de noviembre de 1881 las maestras Enriqueta L. Lucero de Lallemant, Luisa Saá, Rosario Figueroa, Tomasa Fernández, Josefina Saá, Bernabé Moreno, Urbana Moreno, Gregoria Sarmiento, y Rosario Adaro junto a su directora Enriqueta Lucio Lucero iniciaron la la primer huelga docente de la que se tiene registro en el mundo, en reclamo del pago de salarios atrasados ocho meses.

Mediante una nota enviada al gobernador de la provincia, y a Sarmiento, que en ese momento ocupaba el cargo de Superintendente General de Educación -D. F. Sarmiento, denunciaban además maniobras fraudulentas en el pago de los salarios dado que figuraban montos superiores a lo que realmente cobraban.

Sarmiento avaló este reclamo, y las maestras lograron su paga, cinco días después las separaron de sus cargos por su “proceder irrespetuoso”. Medida que el “Padre de la Educación” no objetó. Durante muchos años, no se registró este antecedente de lucha en la historia del sindicalismo, fundamentalmente porque sus protagonistas eran mujeres, cuestionando el accionar del gobierno que para el sector conservador de la historia oficial ha sido fundamental para la constitución del estado moderno en Argentina.

Resulta interesante buscar en la web los antecedes de estas protagonistas y el lugar decoroso que le asignan en la sociedad puntana que contrasta con la lucha que llevaron adelante y se puede reconocer en los siguientes documentos:

Lucha docente y la dictadura genocida de 1976

La CTERA nació el 11 de septiembre de 1973, en el Congreso realizado en Huerta Grande, Córdoba. Fue la culminación de un largo camino de unificación de los diferentes Centros de Maestros, sindicatos, agremiaciones, uniones y asociaciones. Impulsados por referentes provenientes en su mayoría del interior del país como Isauro Arancibia de Tucumán, Marina Vilte de Jujuy, Eduardo Requena de Córdoba, nuestro compañero Luis Genga, por Río Negro, Alfredo Bravo y Mary Sánchez de Buenos Aires, Marcos Garcetti de Mendoza, entre otrxs.

Uno de los debates más fuertes que se vivieron fue la identificación “Trabajadores de la Educación” Hugo Yasky recuerda esos debates en las entidades de base “Nosotros en este momento descubrimos la pertenencia a la clase que sintetizábamos en la expresión trabajadores de la educación. Esto fue todo un hecho, un choque cultural dentro de la docencia. En las asambleas teníamos compañeros que decían colegas y nosotros decíamos compañeros. Es un punto de ruptura con una concepción profesionalista. (…) Este elemento va acompañado de otro, que es consecuencia y es que empezamos a plantearnos qué es ser trabajadores de la educación. Nuestro lugar estaba en la CGT. Nos empezamos a poner en contacto con los gremios del interior. Para nosotros era todo un descubrimiento ver que había gremios docentes que estaban en la CGT. Nos parecía que nosotros estábamos a años luz”

En el congreso realizado en Córdoba, entre los días 30 de julio y 4 de agosto de 1973, con la participación de 95 organizaciones que representaban 126.000 afiliadxs. En el mismo se sentaron las bases para concretar la unidad sindical se discutieron y acordaron las bases del Estatuto de la nueva Confederación y la Declaración de principios fundacionales

El terrorismo de Estado imperante a partir del 24 de marzo de 1976 atacó en el corazón a la CTERA. Isauro Arancibia y su hermano Arturo fueron asesinados esa misma noche en la sede de su sindicato en Tucumán. Más de 600 docentes desaparecerían, entre ellos varios integrantes de la Junta Ejecutiva Nacional: Marina Vilte, Eduardo Requena y Susana Pertierra. Otrxs militantes fueron encarceladxs, cesanteadxs, condenados al exilio externo e interno, como nuestro Primer Secretario General, compañero Luis Genga.

Esta parte de la historia se refleja en el documental de CTERA “Maestros en el Viento”, realizado en el 2001, con las voces de lxs sobrevivientes, compañerxs de lucha, en homenaje a lxs trabajadorxs de la educación desaparecidxs durante la larga noche de la dictadura genocida.

Les proponemos recuperar las historias de Isauro Arancibia, Marina Vilte y Eduardo Requena reflejados en el documental, atravesándolos con los textos biográficos y la correspondencia, que permite conocer con mayor profundidad sus luchas y el contexto en el que las fueron construyendo

Video documental CTERA “Maestros del viento”


Marcha Blanca 1988

Lxs maestrxs pasaron del prestigio social a la falta de deseo de enseñar, de apóstoles a trabajadorxs de la educación. Los cambios sociales llevaron al aula problemáticas diversas. Entrevistas a Mary Sánchez, Graciela De Vita, Myriam Southwell, Mirta Salafia, Deolidia Martínez, Jorge Kohen, Daniel Tineo, Liliana Capone, Pablo Pineau, Inés Dussel y Gabriela Diker.


Compartimos el video realizado por las compañeras del Jardín Maternal N° 4 de UnTER, recuerdan la lucha docente que finalizó con la movilización Nacional en mayo de 1988. Todas las docentes saludamos a todxs lxs trabajadorxs de la educación en este día!